Este emprendedor argentino de 19 años desarrolló la app Háblalo para personas con discapacidad.
Se enamoró de la robótica en 2014 y 2 años después se convirtió en campeón internacional en el rubro. Fundador de la empresa Asteroid Technologies, quiere promover la tecnología inclusiva.
Por Julieta Schulkin - Extraido de: infobae
El argentino Mateo Salvatto desarrolló Háblalo, una app que funciona como un traductor en tiempo real para personas con discapacidad.
Hace dos semanas, representó a la Argentina en China, donde presentó su desarrollo, que tiene una versión en chino. Trabaja para el gobierno de la provincia de Buenos Aires, en el ministerio de Tecnología e Innovación, difundiendo robótica en 135 municipios.
Es embajador del encuentro Campus Party 2018 y sueña con hacer crecer la robótica educativa. En una entrevista con Infobae, Salvatto habla de sus pasiones, los inicios de su proyecto, la robótica educativa y el futuro de Asteroid Technologies, la empresa que fundó para desarrollar tecnologías inclusivas.
– ¿Cuándo nace su pasión por la robótica y la programación?
-Mi interés por la tecnología viene de chiquito, de toda la vida. Soy técnico en electrónica, y cuando entré en esa orientación, ví que había un club de robótica. No entendía muy bien lo que era, pero me encantó la idea. Son robots de pelea, los chicos hacen robots de pelea de sumo, tienen que buscarse y empujarse unos a otros encima de una plataforma. Yo dije "No sé qué es esto, pero lo quiero, definitivamente". Y me metí, y empecé a competir, y a ganar premios, y me dí cuenta que era lo mío.
-¿A qué edad hizo sus primeros desarrollos?
– Empecé en robótica en 2014, o sea que tenía 15 años, y empecé haciendo un par de robots que eran muy buenos. Y después me lancé a uno que era de una categoría muy particular que se llama mini-sumo, o sea robots de 10 x 10 bastante rápidos, que se llamaba Yoda. Lo hicimos con un amigo y después sumamos un par de amigos más al grupo. Y nada, empezamos a competir, y ganamos el campeonato nacional con ese robot. Ahí comenzó toda una seguidilla de cosas relacionadas a la robótica.
-Y luego llegó la app Háblalo. ¿Recuerda el día en el que decidió desarrollarla?
-Sí, me acuerdo. Terminé la secundaria en 2016, y se me venía el verano y dije: "Quiero hacer un proyecto para entretenerme, algo que tenga tecnología pero para ayudar a las personas". Estaba convencido de que quería hacer algo para ayudar a la gente y no sabía qué. Mi mamá es profesora de sordos, así que yo me crié con personas con esta discapacidad, y me daba bronca que no hubiera tecnología para sordos, muy poca.Me dije que iba a hacer algo yo, a ver qué salía, y empecé a pensar, y me dí cuenta de que una aplicación era muy buena opción. Y la idea era que se llamara Háblalo, lo puse en neutro porque justamente quería que fuera un desarrollo para toda América, y bueno, creció un poquito más que toda América, pero nunca me esperé que fuera lo que es hoy. Lo empecé en mi casa como proyecto para ayudar a mis conocidos, y de repente estaba en todo el mundo.
-¿Cómo funciona Háblalo?
-Es un traductor en tiempo real que no necesita conexión a internet. O sea, lo que hace es darle una voz a todas las personas que no tienen una, que no pueden comunicarse verbalmente, y por otro lado subtitular el mundo para las personas que no pueden escuchar. Entonces, por ejemplo, una persona sorda se sube a un taxi y quiere ir a la casa, puede usar Háblalo, escribir la dirección de la casa, y el teléfono lo va a decir en voz alta. El conductor lo va a escuchar, y cuando le responde al final del viaje "Son 150 pesos", el teléfono va a escribir esa frase para que la pueda leer. Y así puede funcionar en un avión, en un consultorio, en una farmacia, en cualquier lugar donde una persona con una discapacidad pueda necesitar comunicarse. También incluye otras herramientas, como pictogramas, para personas que no están alfabetizadas, y otras cosas que estamos trabajando, pero en esencia es eso.
-¿Cuál es su opinión respecto de la transmisión de habilidades STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemática) en la escuela?
– Yo creo que a nivel mundial, no solo en la Argentina, es prioridad número uno. No hay con qué darle, en escuelas públicas o privadas, tienen que empezar a enseñar al menos programación y robótica. ¿Por qué robótica, particularmente? Está establecida la discusión de que van a venir los trabajos del futuro, que nos van a sacar trabajo a nosotros, y todo va a cambiar, lo cual puede suceder. Tenemos que estar preparados, capacitando a los chicos, que son el futuro, que van a crear los trabajos que todavía no existen. Con lo cual, para mí, es totalmente prioritario. La robótica educativa es una actividad lúdica. Es aprender programación, es aprender matemática, física, electrónica, jugando. Nadie te obliga a aprender, nadie te sienta a mirar un pizarrón y anotar, sino que decís "Uy necesito esta fórmula de física para poder balancear bien mi robot, que no se caiga cuando choque contra el otro". Y buscás la fórmula de física en Google y lo aprendés.
-¿Cómo llegó a convertirse en campeón internacional de robótica en 2016?
-Eso fue para mí un grandísimo sueño. Cuando en 2014 me enamoré de la robótica, los profesores, seguro a modo de incentivo, me contaron que hay una competencia a la que ORT representa a la Argentina todos los años allá, que se llama Robotraffic, que la organiza Technion, una universidad al norte de Israel. Hay que hacer autos autónomos y llevarlos a competir, para mí era una locura. Me dije "Yo quiero eso, estoy seguro de que lo quiero". Y empecé a tratar de ser el mejor competidor posible, con ese objetivo en mente, para tratar de llegar eventualmente a Israel. A finales de 2015, cuando salí campeón nacional, recibí el mensaje que estaba esperando tanto, de uno de los profes que fue quien nos acompañó, junto a Matías, que fue campeón nacional también en mini-sumo en una ocasión, un gran campeón de la Liga.
– ¿Qué tuvieron que hacer?
– Nos juntaron a los dos y dijeron "Bueno, van a armar un auto autónomo para representar a la Argentina en la competencia". Para mí era una locura total. Teníamos que armar un auto autónomo que pudiera manejarse solo por la calle, y competimos contra Rusia, contra México, Estados Unidos, Israel, Ucrania...Y la verdad es que, obviamente, íbamos con muchísimas ganas de ganar, pero te soy sincero, no nos teníamos toda la fe, pero la verdad es que cuando se pararon en el escenario y dijeron que el equipo ganador era el de la Argentina, fue de las mejores sensaciones de mi vida, definitivamente.
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